viernes, 31 de diciembre de 2010

El rio Paraná y su suave y dulce briza...

A todos mis lector@s y amig@s mis mayores deseos de un proxímo año 2011 lleno de salud, bienestar y máxima felicidad.

 A todos mis alegrías desde las  bellas orillas de rio paraná, disfrutando la extraordinaria hospitalidad y muestras de cariño del pueblo argentino y la belleza, inteligencia y sensualidad de las Mujeres mas bellas del mundo...que lindas son las Rosarinas!

A todos un abrazo lleno de alegría y solidaridad.

 Ya les subo unas fotos de diferentes lugares por donde camino y de las mujeres más bellas del Mundo.

Un abrazo y no olviden ....Meditación Vipassana para Santafe, Rosario y;Paraná

Carlos Echeverry Ramírez

Rosario-Provincia de Santafé
Republica de Argentina

cato3000@twitter.com

viernes, 3 de septiembre de 2010

Andaluces de Jaen --Paco Ibañez--Carlos Echeverry Ramírez

 Queridos amigos y estimados lectores de todas las regiones de hispanoamérica y otros lugares del Mundo.

Un abrazo lleno de alegría en medio de toda la barbarie y terror de lo qué se vive en Mexíco y Colombia, les quiero mostrar un video de nuestro gran amigo y extraordinario hombre: Paco Ibañez quien hoy se presenta en Buenos Aires y por su quinta visita a la argentina, hoy despues de las 9 y 30 de la noche estará para todos en el teatro Coliseo dando su concierto. Espero disfruten del video y sus palabras.

Hoy viernes 3 de septiembre a las 6 y 20 de la mañana en Toronto-Canada
Carlos Echevery Ramírez
Fitofeliz@hotmail..com


sábado, 19 de junio de 2010

Jose Saramago...hasta siempre Maestro

Yo estoy comprometido hasta el final de mis días con la vida y me esfuerzo por transformar las cosas, y para ello no tengo más remedio que hacer lo que hago y decir lo que soy. Faro de Vigo, Vigo, 19 de noviembre de 1994.

Jose Saramago

Adios Maestro y hasta siempre...

domingo, 11 de abril de 2010

El día de la entrega de ...





El día de la entrega
 Fragmento de un cuento del libro : Compartiendo Alboradas
ISBN: 978-0-9683701-1-7
Reservados Todos los Derechos de Autor ante CIPO y WIPO

©20014-2013Carlos Echeverry Ramírez (Colombia)




 Ese día amaneció lloviendo y me levanté con el pie izquierdo. 

Meditando unos instantes en la misión encomendada para ese entonces y planificada desde hacía un año, me toqué la cabeza pensando en ese imposible y miré todos los diferentes rincones de la habitación en la pensión de Cartagena.

Observé detalladamente la torre del reloj debajo de la cual cruzó Simón Bolívar con su ejército y a su izquierda en la corta distancia el mar Caribe. Luego me fui a la ducha con toda la calma.
De mi mente no podía sacar la cara del hombre que era el objetivo. Esa persona la había estudiado muchísimas veces y había leído mucho sobre ella, todas sus cosas las conocía y todas sus rutinas las tenía claramente identificadas y después de todo lo planificado y pensado sólo existía ese día para la misión encomendada. No podía fallar.
El objetivo de la misión era el hombre más cuidado de Latinoamérica. Quizás el segundo o tercero más custodiado en el mundo. Muchísimos anillos especializados de seguridad a su alrededor, yo sin embargo, y no dejándome ver por ellos durante las últimas semanas, estaría a solo unos metros de su cuerpo cuando él ingresara al Centro de Convenciones de la ciudad de Cartagena.
Así había pasado los últimos días desde que llegué a la ciudad, haciendo inteligencia y mirando los lugares estratégicos donde se centraría el fuerte de sus anillos de seguridad y estudiando muy detenidamente las vías de salida en caso de fracasar en la misión o algún imprevisto que saliera contrario a lo ya establecido. No podía fallar ese día.
El día señalado llegó, y el hombre como objetivo nunca apareció en las horas de la mañana. Ya cansado de esperar me fui a descansar al hotel. Saludé al recepcionista y respondió amablemente. Observé que ese día estaba de buen genio, -normalmente parecía que hubiera desayunado con alacranes el tipo ese- luego entré rápido en mi habitación y estando acostado empecé a meditar sobre todas las cosas vividas en esa pequeña ciudad convertida en el prostíbulo más grande de Latinoamérica con su miseria de los barrios marginales, el Nelson Mandela, el hambre y terror en los rostros de sus niños y la indiferencia e ignominia del gobierno hacia ellos.
 Mientras tanto la vida nuestra continuaba, la tarde iba pasando y las horas con sus largos y eternos minutos en un calor insoportable y la escasa brisa marina avanzaban lentamente. En la ciudad del corralito de piedra nadie sabía a qué horas llegaría el hombre anunciado o qué medio de transporte utilizaría para llegar al Centro de Convenciones. Sólo se escuchaban las voces perdidas en el silencio y la desesperanza de las negras vendedoras de frutas y de hombres sin futuro con los pedazos de loterías nunca ganados en sus manos.
Unos rumores decían que el hombre aquel tan importante y conocido por todos llegaría por la parte trasera del Centro de Convenciones en una lancha rápida. Otros decían que en helicóptero desde el aeropuerto, y otros que en su cuerpo de limousine blindada.
Todo era pura especulación entre el pueblo ansioso por ver al hombre distinguido y entretenidos todos con la fantasía de la música de carnaval y los juegos pirotécnicos, el ron gratuito, el whisky, las bellas y costosas putas como las más baratas –de a dólar mi señor, que aquí hay para todos- con los elegantes ladrones de cuello blanco y los maricones con su reina -la Rufina-, y uno que otro ingenuo, honesto y desplazado campesino, para mirar todo el espectáculo montado para y por los corruptos del poder y el dinero.

En los caros y exclusivos hoteles el whisky y la coca eran las delicias preferidas por sus clientes pederastas y psicópatas de los monos ojizarcos como siempre con acento gringo y sin faltar nunca sus mediocres, lacayos y serviles de algunos de los gobernantes nuestros. Mientras en los barrios pobres continuaba igual que siempre y segundo a segundo la miseria, el terror colectivo y las balas que eran también, y en esas circunstancias, el obligado y merecido pan de cada día. Ta- ta- ta -ta -ta, hps…

Para esos miserables pobres... ¡y no por miserables sino por pobres!, y finalmente el obligado y siempre impotente llanto de las dignas mujeres, los ancianos y niños ante la cotidiana violencia y barbarie.

Continua...


Toronto junio 22 del 2004
©2004-2013 Carlos Echeverry Ramírez
Colombia
www.carlosecheverryramirez.org
 Catonews@hotmail.com